La flor de la araña
175 x 80 x 80 cm., acero, escultura cinética e interactiva.
Obra única.
“Consciente del estado del mundo, la escultura de Pablo Bruera es una evocación a la realidad. Basándose en la cinética y el cubismo, utiliza materiales de tipo industrial —aquellos que representan el avance tecnológico y todos los conceptos de rutina y consumo que nos abordan—, que convierte en formas arraigadas a la naturaleza, contribuyendo a la concienciación social sobre la transformación de los recursos y las múltiples lecturas que cada uno puede hacer de la situación gracias a la interacción directa con la obra, ya que el artista las crea para que sean manipuladas y percibidas, y acercar así el hecho artístico a todos los que sientan el impulso de participar en este movimiento global”.